Análisis Libro "Patas Arriba" - Eduardo Galeano
Patas arriba es un libro que nos muestra la desigualdad e injusticia normalizada en el mundo utilizando comparaciones realistas en diversas situaciones con el fin de evidenciar las diferencias en la sociedad. Se trata de un análisis reflexivo sobre el estado actual del mundo y las amplias incoherencias en la práctica vital de las personas.
El autor hace referencia a la percepción alterada de las personas por los hechos. Es gracioso decir que muchas veces las recompensas obtenidas por una misma acción son distintas dependiendo quien las lleva a cabo. En el mundo actual no existe la equidad, igualdad y transparencia de ningún tipo. Todo lo que somos y alguna vez seremos está determinado mayoritariamente por nuestro entorno independientemente de nuestras capacidades y fortalezas.
Las sociedades moldean a la gente y le otorgan lo que merecen según una regla implícita oculta. Es decir, lo que obtenemos es lo que nos ha tocado y debemos ser sumisos ante dicha realidad. La igualdad se disfraza de fantasma y desaparece a la vista de todos.
Es así que un sicario es un asesino sanguinario por obtener un beneficio al asesinar a alguien, por otro lado, un coronel de cualquier ejército es condecorado como héroe de la patria y defensor de la paz, a pesar de haber hecho la misma acción en mayor cantidad. Las organizaciones que promueven la armonía en el mundo son las primeras en vender sus armas al por mayor al lado que tenga más poderío económico. Asimismo, las agencias que buscan proteger la naturaleza son las primeras en destruirlas y aprovechar el beneficio de estas. De verdad es un mundo patas arriba ¿no?
La división de las personas en el mundo varía dependiendo el entorno de nacimiento. Están los de abajo, los pobres, que viven con la preocupación diaria de conseguir cualquier tipo de beneficio que les permita seguir viviendo. Están los de arriba, los ricos, que viven con el pánico de no perder su riqueza y el objetivo de perpetuarla que les permita vivir con los más altos beneficios. Y están los del centro, los que no son pobres ni ricos, que viven atados a la ansiedad de pagar las facturas atrasadas y el alquiler, buscando no caer a lo más bajo sin tener muchas expectativas de llegar a lo más alto.
El mundo esta tan patas arriba que ninguna clases social es capaz de vivir cómodamente. Los modelos educativos, económicos, políticos y sociales buscan mantener un modelo de vida en todo el planeta, aún cuando cada uno irónicamente busque la igualdad para todos.
Los niños no están exentos de ningún tipo de influencia. Tal y como se dijo, todo viene determinado por el entorno y "suerte de nacimiento". Es así que podemos evidenciar tres tipos de niños:
Los niños ricos, cuya única opción es adoptar un modelo universal de vida. Comprar determinada marca de ropa, viajar a los destinos más famosos o poseer los pasatiempos más llamativos. Sin embargo, también están situaciones en donde se encuentren con la prohibición de salir a su propia ciudad, pues es un espacio peligroso e inseguro. Es decir, están condenados a vivir con riqueza y las consecuencias que esta traiga.
Los niños del medio, los hijos de los obreros o los empleados. Ellos por su parte adoptan una conducta heredada. Ser esclavos del poderío y formar parte de un sistema impuesto. No pueden ser quisquillosos con sus demandas, deben conformarse con lo que tienen y sentirse agradecidos por ello.
Finalmente los niños pobres. He aquí el fondo de la pirámide. Con suerte algunos tendrán padres o podrán vivir más allá de los 5 años. En este punto solo existe dos opciones para ellos dependiendo su sexo. Los niños hombres pueden ser trabajadores de oferta en algún lugar, considerados una ganga por sus bajos costos y silencio ante las condiciones laborales. Y las mujeres, teniendo como única opción la prostitución.
La construcción del mundo patas arriba no puede ser más notoria. Por un lado, esperamos equilibrar el mundo de todas las maneras posibles haciendo la vista gorda a lo que puede ser cambiado y, por el otro, tendemos a inclinarnos por la opción de mantenerlo tal y como está. No somos capaces de identificar la hipocresía natural de nosotros mismos pero si de perpetuarla.
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